miércoles, 22 de junio de 2011

 


Propiedad intelectual para el desarrollo

Ernesto Piedras
Los sistemas de protección de la propiedad intelectual, presentes en prácticamente todos los países, fueron diseñados como mecanismos para incentivar la innovación y la creatividad, reconocer la genialidad y originalidad de creadores, inventores o artistas. Además, dichos sistemas garantizan la protección de sus innovaciones y creaciones con el propósito de asegurar la justa retribución de los beneficios derivados de éstas, generando incentivos económicos. Por estas razones, la propiedad intelectual y su eficiente protección constituyen un motor fundamental del desarrollo social y económico.
Si bien el desarrollo de la infraestructura física es esencial para cualquier país, una verdadera política pública de desarrollo económico debe considerar que la generación de nuevas ideas será determinante en el éxito futuro de la economía. Por esta razón, la innovación tecnológica ha sido considerada, junto con otros factores fundamentales, como uno de los pilares de la infraestructura de nueva generación o “infraestructura intangible”, que será el motor de crecimiento mundial durante las siguientes décadas.
El mundo reconoce entonces la creciente necesidad de crear instituciones que definan claramente las reglas del juego y ofrezcan protección a creadores e inventores por medio de una cierta estandarización de políticas globales. Tales acciones fomentarán la innovación, provocando un incremento de los flujos comerciales y de la inversión, con la ventaja de que el desarrollo de propiedad intelectual no requiere de grandes inversiones en capital físico; sin embargo, se ha demostrado que la inversión en capital humano y social es un recurso esencial para la innovación y la creatividad.
Se observa que la protección a los derechos intelectuales e industriales brinda seguridad, promueve el desarrollo creativo y otorga importantes incentivos a la inversión tanto en capital humano como en investigación, derivando directamente en beneficios del largo plazo, ya que existen externalidades positivas del desarrollo e investigación. Además de la innovación, la protección de derechos de propiedad intelectual estimula la adquisición y difusión del conocimiento.
La teoría económica del crecimiento endógeno establece que la tasa de crecimiento de un país depende de la velocidad de la innovación y el acervo de conocimientos, lo cual genera fuertes incentivos económicos para que los gobiernos diseñen políticas efectivas de protección de la propiedad intelectual. Además de nuevos productos, la innovación genera conocimiento colectivo, reduciendo los costos y alimentando la innovación en el futuro.
Una vez que se ha inventado una idea, cualquier cantidad de personas pueden utilizarla sin costo adicional alguno; por lo tanto, es necesario que los gobiernos incentiven la creatividad y la innovación al facilitar los trámites de registro en la oficina de patentes, proveer capitales semilla para la investigación y el desarrollo, así como permitir a las universidades beneficiarse de su propiedad industrial, entre otras medidas. Las patentes y derechos de autor son los mecanismos legales que intentan aproximar los beneficios privados de la invención a los beneficios sociales, por ende su protección es fundamental.
Las leyes que protegen la innovación y creatividad no deben olvidar que una de las principales razones por la que alguna persona está dispuesta a asumir los costos de crear una idea es porque espera estar en posición de cobrar un precio mayor al costo marginal y obtener ganancias. La creación de una idea depende de la magnitud del beneficio privado con relación a los costos de la invención. Por lo tanto, es fácil ver cómo las ideas que son socialmente valiosas requieren de protección para su existencia.
Sin embargo, una firme regulación de los derechos de propiedad no necesariamente implica una regulación restrictiva. No olvidemos que dichos derechos funcionan como monopolios, por lo que demasiada protección puede limitar la propagación de nuevas ideas, impidiendo la entrada de nuevos competidores, desincentivando la innovación posterior. Es un hecho que hoy en día no existe la posibilidad de ignorar la creciente discusión internacional y aislarse del mundo.
Es necesario que todos los gobiernos a nivel mundial tomen acciones para determinar acuerdos que protejan a sus creadores, sin olvidar los incentivos para las empresas, tanto locales como extranjeras, ya que la inversión en Investigación y Desarrollo trae grandes beneficios a la productividad y crecimiento económico a toda nación.

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