sábado, 17 de septiembre de 2011

Britto va tras los grandes

Buscan penalizar especialmente a los que compraron mercancía falsificada en cantidades industriales

Los comerciantes demandados por Britto llegando ayer al Tribunal Federal.  


Los comerciantes demandados por Romero Britto buscarán llegar a un acuerdo con los abogados del artista brasileño con la intención de evitar ir a juicio por violaciones a las leyes de propiedad intelectual y optar por indemnizaciones más bajas.
Sin embargo, la licenciada Dora Peñagarícano, de la batería de abogados que representa a Britto, y las compañías Britto Central, Art 800 y Giftcraft, advirtió que al momento de negociar con los demandados serán más severos con aquellos empresarios reincidentes en este tipo de faltas o que en este caso hayan participado como distribuidores o hayan vendido al por mayor productos falsificados.
“Con esos reincidentes, vamos a ser bien severos”, dijo Peñagarícano, quien indicó que, de los 177 demandados, entre 30 y 40 son “de los grandes” distribuidores.
“Las personas que han hecho esto antes y que son los que trajeron los productos de China en cantidades industriales, obviamente las negociaciones con ellas van a ser mucho más severas”, añadió la abogada.
Precisó que muchos demandados se han comunicado con ella en busca de llegar a entendidos, y han reconocido que sabían que los artículos que vendían eran una imitación del estilo de colores brillantes que ha hecho famoso a Britto internacionalmente.
Destacó que, de la extensa lista de demandados, solo hay un caso en Barranquitas que le hace pensar que verdaderamente desconocía que estaba mercadeando artículos pirateados.
“(Dijo) que no sabe nada, ‘que no sé nada de nombres’... Las vio (las carteras) de colores muy bonitas, y no sabía que era de un artista reconocido y que sus diseños estaban registrados y sus marcas también”, comentó a su salida del Tribunal Federal.
El pleito civil se basa en violaciones a las leyes de derechos de autor y las que protegen la marca y la imagen de un producto. También señala que los demandados incurrieron en competencia desleal y enriquecimiento injusto.
Durante la mañana de ayer, el juez federal Gustavo Gelpí emitió una orden de interdicto preliminar, que entre otras cosas, prohíbe que los negocios que hayan sido demandados continúen promoviendo y vendiendo la mercancía falsificada, y les exige entregar cualquier artículo de imitación que tengan.
El juez federal ya había emitido una orden de restricción que tenía el mismo efecto, pero por menos tiempo, y había exigido la incautación de las piezas falsificadas.
La vista de ayer tuvo que ser dividida en dos partes, pues la sala judicial resultó muy pequeña para la gran cantidad de personas citadas. Mientras esperaban por el inicio de la audiencia, la mayoría de los demandados lucían nerviosos y ocasionalmente hablaban en voz baja entre ellos.
Momentos después, cuando el juez Gelpí hizo una declaración general sobre la naturaleza del proceso, les recalcó que no estaban en un caso penal, aunque les advirtió que vender mercancía falsificada o sin tener licencia para ello también está tipificado como delito.
No hay excusa
“La ignorancia de la ley no es excusa y la ignorancia de que no sabían que eran productos falsificados o que pensaban que la persona que se los vendió tenía licencia tampoco”, sentenció.
Entre los demandados, figuran pequeñas tiendas, quioscos y carretas situadas en centros comerciales alrededor de toda la Isla, e incluso algunos puestos en pulgueros, pero también sobresalen nombres de cadenas como las tiendas Capri, Rainbow y 5-7-9, quienes ayer comparecieron a través de sus representantes legales.
En todo momento, el juez Gelpí se expresó en un tono comprensivo hacia los demandados, a quienes describió como “individuos honestos y bien trabajadores”.
“Quiero que sepan que, ante mis ojos, todos ustedes son personas maravillosas, son trabajadores, lo que pasó hoy no cambia mi opinión sobre eso, solo insisto en que hay que aprender a trabajar con los asuntos de las leyes de marcas”, les dijo al concluir la vista.
Sin embargo, se mostró mucho más intransigente cuando se refirió -sin identificarlas- a las grandes cadenas.
“Estoy atónito porque hay, por lo menos, un demandado que es una compañía grande con muchas sucursales que no debería estar en esta lista”, recalcó.
Peñagarícano describió a Capri como “un demandado igual que los demás”, y dijo que sus abogados manifestaron que quieren examinar la mercancía de la tienda para cotejar si en efecto se trata de una imitación de los productos Britto originales.
“Si es imitación de Britto, nos las entregan inmediatamente... Ellos compran mucha mercancía y no necesariamente sabían que era imitación de Britto”, sostuvo.
La representación legal de Rainbow y 5-7-9, en cambio, argumentó ante el juez que esos negocios se encontraban en una “clase diferente” que la de los demás comercios, pues entienden que la mercancía que menciona la demanda no constituye una copia de Britto.
“Rainbow no utiliza la marca Britto. Para todos los efectos, no estaban vendiendo piratería”, afirmó la licenciada Laura Beléndez en referencia a unas piezas de vestir que, a su juicio, no se asemejan a los diseños característicos de la marca del artista.
Sin embargo, la cadena de ropa y accesorios de mujer retiró los artículos en controversia mientras se resuelve el caso.
El juez Gelpí les concedió a ambas tiendas una extensión de 30 días a la orden de restricción temporera que emitió originalmente para que, durante ese periodo, Beléndez se reúna con los abogados de la parte demandante para comparar los diseños y determinar si constituyen piezas Britto falsificadas.
Temor empresarial
Mientras, los comercios más pequeños temen por la carga económica que conllevaría compensar a los demandantes por los daños ocasionados.
“No quiero pensar en eso”, manifestó una empresaria que no quiso identificarse cuyo negocio ubica en Camuy.
Mientras, otro comerciante de Caguas que también rechazó identificarse aseguró que actuó con ingenuidad cuando aceptó vender los productos de imitación.
“Yo no sabía que eso era ilegal, como uno ve tanta gente venderlos... Pero eso va a seguir pasando. Hoy fue Britto y mañana va a ser otro”, aseveró.
 
 

Por Rebecca Banuchi / rebecca.banuchi@elnuevodia.com

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